jueves, 27 de mayo de 2010

Real?


Hace mucho que no llegaba a casa pensando en darme placer, quizás por eso ayer ya era urgente tocarme…

La mañana había pasado sin mucho animo, en medio del agite de un día normal de trabajo me sorprendió la llamada de alguien cuya sola mención me hace pensar en noches sudorosas, en sexo, en momentos prohibidos, en fantasías… mi dulce amo, mi perverso compañero…

Luego de una conversación que si bien tuvo agunos matices de deseo fue netamente social… al colgar el teléfono me dejo esa sensación de deseo que provoca dejarse poseer por los objetos mas diversos que se pueden encontrar en una industria metalmecánica

La tarde ya sin el agite del trabajo estuvo marcada por el agite de mi cuerpo, la necesidad de acariciarme sobre la ropa y permitir que todos pensaran que los pezones que se ofrecían endurecidos debajo de la blusa solo reaccionaban por el frío Aire Acondicionado, cuando era el calor de mi cuerpo el que los acariciaba, como ya casi es costumbre no vestía nada debajo de mi pantalón, era solo el jeans ajustados a mi, deleitándome con cada paso.

Comencé a sentir cómo se endurecía y crecía mi clítoris, como palpitaba exigiéndome, mi ansiedad no tenia limites, sentada en la silla movía mis caderas para darle sosiego a mi entrepierna, pellizcaba mis pezones, colocaba mi mano sobre mi boca y dejaba que mi lengua lamiera mi piel, imaginaba las mas exquisitas escenas…

Cuando al fina volvía a casa, sentía la humedad invadiendo mis muslos, gracias a las coincidencias el color del jean favorecía el disimulo de mi humedad. Espasmos de placer me estremecían y la espera se hizo eterna y tortuosa al subir al autobús, tuve que ubicarme en medio de un grupo de personas que como yo volvía a casa… el deseo que recorría mi cuerpo era como una droga, el vaivén del autobús los acercaba a mi cuerpo tanto que imaginaba que ellos podían respirar mi olor, que podían sentir el calor que brotaba de mi cuerpo, cada roce, cada movimiento me hacían sentir en otro mundo, imaginaba una escena que me persigue desde que te conozco, tu y yo en una orgía donde el morbo y el placer eran lideres y nosotros reyes. Me excitaba aun más el imaginar todos esos cuerpos desnudos, todas esas manos sobre mi piel, sus lenguas en cada uno de mis rincones y yo intentando adivinar cual eras tu… en esas me encontraba cuando un sonido cualquiera me hizo volver a la realidad y descubrir que justo acababa de pasar mi parada, el castigo a mi descuido fue casi tan placentero… tuve que caminar 2 cuadras adicionales, lo que significó llegar a casa al borde del orgasmo, sin embargo (esta es una situación que me encanta) en lugar de darme risa al llegar a casa me detuve a conversar con mi madre sobre el día, darle algunas noticias a mi padre y sentir como la cercanía del orgasmo mantenía mis muslos y mi entrepierna literalmente encharcada.

Luego de poco más de 25 minutos, con la excusa de darme una ducha y cambiarme de ropa, estuve al fin a solas en el cuarto…

Lo primero al cenar la puerta fue desvestirme frente al espejo (¿alguna vez dije que me encanta hacerlo?) iba descubriendo mi cuerpo poco a poco, contemplaba mis senos, mis pezones duros y entonces busqué en la cesta de mi ropa algunas pinzas de madera y probé presionando mis pezones... Al principio el dolor fue muy intenso, pero se reflejó inmediatamente en un espasmo de placer y una oleada de calor que bajó a mi entrepierna humedeciéndome aun mas, termine de desvestirme rápidamente y rozaba mis piernas, apretaba mis muslos, provocándome, dejando que el morbo me invadiera, busque algunas pinzas mas y las coloqué en mis labios vaginales, no era tan fuerte el dolor, mas bien me hacía imaginar tus dientes hincándose en mi piel y decidí no esperar más, con las pinzas en mis pezones y en mis labios vaginales intenté caminar hasta mi cama y deliciosamente descubrí que al caminar las pinzas presionaban mas y daban mas placer, y entonces decidí retardar un poco mas el orgasmo; solté las pinzas de mis pezones y cubriéndome con una toalla salí del cuarto a la cocina a buscar algo para beber y realmente para sentirme morbosamente pervertida al andar así por mi casa… cada paso me hacía cerrar los ojos por la inmensa variedad de sensaciones que me invadían, me demoré unos segundos para recuperar aliento y volví al cuarto..

De nuevo a solas conmigo misma, jugué con mis pezones sin colocarle las pinzas porque estaban algo adoloridos y entonces busque el pene mas cercano a mi (el mango de un cepillo para el cabello) y me penetre aun con las pinzas en mis labios vaginales, me penetraba una y otra vez mientras buscaba algo que pudiese retozar en mi culo, un juego de bolígrafos adecuadamente envueltos por mi en una oportunidad anterior fueron elegidos y entonces me deje llevar por las sensaciones del día, y por la fantasía de estar siendo dominada, de sentir a mi amo sobre mi, o quizás mejor frente a mi, sin tocarme, observando como su sumisa se enloquecía de deseo y buscaba placer en las cosas mas insólitas, imaginaba tu rostro sonreído al verme suplicando que me poseyera, te imaginaba excitado ofreciéndole a mi boca tu pene como único regalo y mi boca hambrienta de ti, se deleitaba siendo tuya, imaginaba tu sabor y sentía que el orgasmo poco a poco me poseía, cuando casi lo sentía llegar deje los bolígrafos dentro de mi culo y mientras seguía penetrándome con el cepillo, con la otra mano fui soltando las pinzas de mis labios, la sangre invadió mi vagina en un espasmo de dolor que alejó por un momento el anhelado orgasmo, pero inmediatamente el calor devolvió a mi cuerpo la sensación de todas las manos que había imaginado acariciando mi piel mientras el único ser que deseaba entraba por fin en mi cuerpo y me regalaba uno de los orgasmos mas intensos de mi historia, con miles de imágenes en mi cabeza, con variedad de manos sobre mi, con mi lengua saboreando a una chica para ti, con la sensación del semen en mi boca, o en mis senos o corriendo por toda mi cara, con el sonido de tus palabras, con los gemidos, con todo lo que sentía que entraba en mi, con mis gritos pidiéndote mas, suplicando que no tuvieses piedad…

Creo que casi desmayé del placer, al volver a la realidad de mi cuarto, sentí mi cuerpo empapado de sudor, mis muslos húmedos de mis fluidos, los bolígrafos aun dentro de mi, mis labios vaginales palpitando aun por las presión a la cual habían sido sometidos hacía solo unos momentos y lo que sin dudar eran pequeñas gotas de orina que escaparan de mi cuerpo en tan delicioso momento.

Lamí mis dedos para saborearme y saborearte en mi mente, poco a poco me levanté y camine desnuda hasta el baño, al mirar mis ojos en el espejo no pude mas que sonreír y pensar... “¿quién se atreve a decir que esto no fue real?”

1 comentarios:

Braulioaac dijo...

Interesante..... Me has echo darle una sonrisa a una amiga.... y un momento placentero para mi...

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